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domingo, 29 de julio de 2012

Paz En La Tormenta


Mateo 8:23 - 27
Entró en el la barca y sus discípulos lo siguieron. Y se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca, pero él dormía. Se acercaron sus discípulos y lo despertaron diciendo: 


-¡Señor, sálvanos, que perecemos!

El les dijo:

-¿Por qué teméis, hombres de poca fe?

Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma. Los hombres, maravillados, decían:
-¿Que hombre es este, que aun los vientos del mar lo obedecen?
Cuantos de nosotros que seguimos a Jesús ahora mismo estamos pasando por pruebas, por tribulaciones, por grandes tempestades, tempestades como perder el trabajo cuando usted es la única persona que tiene trabajo en su hogar, tempestad de tener problemas con hijos rebeldes, tempestad de ir a un lugar donde no conoces a la gente, tempestad de problemas con su salud o la salud de un familiar, tempestad de alguien cercano a usted que falleció o muchas otras tempestades que las olas cubren su barca.


¿Cuál es su barca?, tu familia, tu empleo, tus estudios, tu negocio, tu pareja, tu iglesia, tus amigos; déjame decirte hermano o amigo que las tempestades pasan y Dios las conoce y las permite, él toma el control porque tiene un propósito con cada tempestad que nos pasa.

La Biblia nos habla de hombres como José cuando pasó por sus tempestades, desamparado por sus propios hermanos, vendido por ellos, echado en la cárcel por las mentiras de la esposa de Potifar, pero siempre estuvo confiando en Dios y de su gran poder para librarlo; es por eso que debemos de someternos a Dios y a su voluntad, pero a veces somos como  Jonás, quien trató de huir de la presencia de Dios; muchas veces somos nosotros mismos la causa de la tempestad porque no oramos y si lo hacemos, solamente cuando necesitamos algo, nos descuidamos de leer la palabra de Dios, no nos congregamos, buscamos una que otra escusa, pero quiero decirte que Jesús es el único que calma nuestras tempestades, no seamos hombres ni mujeres de poca fe.

Jesucristo vive, y él vive para que te levantes de esa depresión, para que te sanes de esa enfermedad, para que le digas ¡basta! a todo problema con tu matrimonio, con tus hijos.

2da Corintios 4:17
Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez excelente y eterno peso de gloria.

Entonces, si hay un problema grande, cuan grande es nuestro Dios, esta leve tribulación produce gloria, crecimiento, fe, Dios nos hace pasar el mar rojo, con los pies secos; ahora mismo te dice, tranquilo, porque conmigo ni principados, ni tribulaciones, ni los mismos demonios te pueden tocar.

Cuando estés en medio de la tormenta no escojas el camino fácil o el camino de la rendición, porque gracias al sacrificio de Jesús eres libre, y gracias a él las tormentas se calmaran, no te apures que vendrán días mejores después de las grandes mareas viene la paz y el Señor nos promete una paz, que sobrepasa a nuestra experiencia y nuestro conocimiento.


No os turbemos, no tengamos miedo, porque el es nuestro refugio, y el nos da la victoria. Amén.