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domingo, 23 de septiembre de 2012

Dile No Al Pecado


Josué 3:5
"Santificaos porque Jehová hará mañana maravillas entre nosotros."
¿Cuántos queremos ser imitadores de Jesús en lo que hacemos, en lo que pensamos y en lo que deseamos? Entonces cada nuevo día empecemos a practicar la pureza y apartémonos del mundo del pecado; debemos confrontar el pecado en nuestras vidas y decirle "NO" y permitamos al Espíritu Santo que nos enseñe a caminar con él y quitar todas las barrerás al poder y a la gracia de Dios.



(1ra Tesalonicenses 4:3-8)

La voluntad de Dios es vuestra santificación, que os apartéis de fornicación, que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en pasión desordenada como los gentiles que no conocen a Dios, que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano, porque como ya os hemos dicho y testificado, el Señor es justo ante todo y Dios no nos ha llamado a inmundicia sino a santificación.

La Santidad es el resultado de lo que Dios ha hecho y está haciendo en nuestras vidas por nuestra fe que hemos depositado en él, la verdadera Santidad comienza en lo interior y se refleja en lo exterior y cubre todos los aspectos de la vida como los pensamientos, las actitudes, el comportamiento, la conducta y hasta la apariencia.

Debemos de obedecer a Dios y vivir santamente en cuanto a nuestra manera de vivir:

1- Santidad en la lengua: (Mateo 12:34), apartarnos de la murmuración, del chisme, de no hablar palabras vanas ni groseras, empleamos la lengua para la alabanza y adoración, exaltar a nuestro Creador.

2- Santidad en los ojos: (Lucas 11:34), sabemos que la lámpara del cuerpo son los ojos, por lo tanto los ojos son la ventana del alma y son los órganos sensoriales que más información llevan al cerebro, por eso hay que disciplinar los ojos teniendo cuidado con la literatura, con la televisión, con el cine, etc. En estos tiempos estas son las armas poderosas que satanás usa para corromper la humanidad.

3- Santidad en los oídos: (Proverbios 22:17), inclina tu oído a escuchar la palabra de los sabios, nuestro oído debe de estar dispuesto a escuchar la corrección y el buen consejo, hacerlo agudo a la voz de Dios para que puedas transitar por el camino que el te de dirección.

4- Santidad en la manera de vestir: (1ra Timoteo 2:9-10), así mismo nos habla que las mujeres se atavíen de ropa decorosa con pudor y modestia, no con peinados ostentosos, ni oro ni perlas ni vestidos costosos. Nuestra apariencia es la base de nuestra santidad, nuestro vestir refleja la moral y el buen sentido, la decencia y castidad. Vistámonos de una manera tal que no quedemos expuestos a las miradas, los esfuerzos de la mujer cristiana, deben ser ataviar su corazón y su Espíritu, que nos haga actuar y lucir como hijos de luz.

Dios nos promete hacernos hermosos con su salvación y es por eso que debemos de perfeccionar la santidad en el temor de Dios.



Necesitamos una santificación de motivos,
Necesitamos una santificación de deseos,
Necesitamos una santificación de actitudes,
Necesitamos una santificación de espíritus rectos,
Necesitamos una santificación de nuestra carne.


El propósito de vivir en santidad es agradar a aquel que nos compró a precio de su sangre preciosa y mora en nosotros, y así nosotros proyectar la imagen de aquel que habita en nosotros para que otros sean atraídos a él. Amén.

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